Carlos Alberto Montaner, NO PERDAMOS TAMBIEN EL SIGLO XXI

SOCIOLOGIA
ECONOMIA POLITICA
SOCIOLOGIA / CUARTO AÑO/ LUCIANA ALBAN & DARWIN JIJON / JULIO 1997
Profesor: Soc. MARCO VELASCO




NO PERDAMOS TAMBIEN EL SIGLO XXI
Carlos Alberto Montaner


Vivimos en un mundo al que la comunicación cada día lo va haciendo más familiar y conocido, sin embargo las diferencias que existen a su interior hacen que los pobres de este valle de lágrimas les parezca el Primer Mundo como una realidad virtual

La sociedad, se encuentra empeñada en lograr que sus bienes y servicios crezcan constantemente en calidad y cantidad, en un fenómeno al que se lo llama “progreso”, por tanto, progresar significa tener cada vez más objetos y disponer con frecuencia creciente de servicios más placenteros.


Vivimos en efecto, una aldea global en la cual América latina se encuentra instalada en su espacio mas pobre y desguarnecido, admitimos que la fuerza vital es la idea del progreso, entendemos que ese objetivo no es un punto de llegada sino la búsqueda de un camino final sin embargo, y con cierto fatalismo, nos resulta a la vez obvio que para tener acceso a esos hipotéticos bienes y servicios que se despliegan ante nuestros ojos no existe otra alternativa que producir más y mejor.

Hasta cuando el marxismo no estaba totalmente desacreditado las respuestas a preguntas como: ¿cómo lograr ese milagro? se respondían con argumentos que pueden calificarse como “pensamiento antiguo”. Entonces, mucha gente pensaba que la pobreza del Tercer Mundo era consecuencia de la violencia y atropello del Primer Mundo al que se sumaba la injusticia estructural del Capitalismo, sistema que servía solo para enriquecer a unos pocos ambiciosos. Vivíamos el mundo de víctimas y victimarios, de explotadores y explotados. Ese era el discurso de los comunistas puros y duros o de los fascistas mas o menos embozados, pero también, aunque con sordina y matices, era el discurso de los socialcristianos y socialdemócratas.

Es a esta obsesiva visión antimercado a lo que en América Latina hay que atribuirle las costosas e ineficientes estatizaciones, el surgimiento se corruptos estados-empresa, la redistribución forzada de la tierra, siempre contraproducente, las medidas arancelarias proteccionistas, las burocracias parásitas, los diabólicos mecanismos del clientelismo político, las tenebrosas sospechas del capitalismo en la que siempre parecía mas fácil que el desarrollo de nuestros pueblos llegaran de mano de militares organizados y revolucionarios iluminados. Por eso, y otras razones, América Latina de lleno de espadones y guerrilleros. Por ello nuestra sociedad no percibe que goza de un sistema económico y jurídico concebido para su propio beneficio sino que están convencidos de que padecen, de que son víctimas de un modo de convivencia ajeno y perjudicial.

El dueño de la verdad era un tecnócrata de derechas o de izquierdas, alguien que sabía exactamente que había que hacer para lograr la felicidad.

COMO SE HUNDIO EL PENSAMIENTO VIEJO

Afortunadamente, a las puertas del siglo XXI, el pensamiento viejo comienza a extinguirse por las siguientes razones:

1) El fracaso objetivo de esas recetas para lograr el desarrollo
2) La gran distancia científica y técnica
3) El hundimiento del socialismo real en la Unión Soviética y sus satélites

¿Qué hacía América Latina mientras los pueblos prósperos del Planeta llevaban adelante esta profunda transformación del saber y se multiplicaban los bienes y servicios? Nosotros ... hacíamos revoluciones y ellas, fracasaron rotundamente, inapelablemente, empobreciendo aun más a nuestros pueblos.

Si la comparación europea entre los dos sistemas era ejemplarizante, el contraste en Asia resulta un verdadero escándalo: el capitalismo demostraba ser un sistema infinitamente más eficiente y rápido para crear riquezas y para hacer disminuir los índices de miseria entre las grandes multitudes orientales.

Así, los llamados “dragones” o “tigres” del Asia, demostraron que era totalmente factible en el plazo de 20 o 30 años convertir a sociedades atrasadas en naciones del Primer Mundo gracias al capitalismo.

Todo lo que decía el viejo pensamiento se ha demostrado falso, la famosa teoría de la dependencia era disparatada.


EL PENSAMIENTO NUEVO

El viejo pensamiento era una ideología, es decir una idea de como funcionaba el mundo, y una idea de como debería funcionar para que los resultados fueran mas justos y eficientes, los socialistas en todas sus variantes suponían cosas; suponían que la pobreza era el resultado de como se relacionaban las personas con la propiedad de los bienes de producción, suponían que por algún designio poco claro les correspondía a ciertos grupos la tarea de guiar al rebaño en la dirección del paraíso.

El nuevo pensamiento, en cambio, no es una ideología, sino una lectura de la experiencia, se ha llegado a él no como resultado de abstractas teorizaciones sino por deducciones lógicas. Y ¿que es lo que la historia nos enseña?; varias lecciones:

1) Las 25 naciones mas desarrolladas y estables del planeta son democracias organizadas en torno a la idea del Estado de Derecho, con leyes neutrales que afectan a todos los ciudadanos por igual, donde no hay incertidumbre jurídica.

2) El elemento más importante para explicar el desarrollo de los pueblos es el capital humano por lo que hay que instruir y educar ciudadanos y favorecer la migración inteligente.

3) La gran tarea de los gobiernos no es indicarle a los ciudadanos que trabajos realizar sino obedecerlos. La corrupción tiene un efecto devastador que va mucho más allá de lo económico.
4) La primera obligación del gobierno no es producir bienes y servicios sino mantener estables los indicadores macroeconómicos.

5) Corresponde al gobierno y a la sociedad ordenárselo, establecer reglas justas para que la competencia funcione libremente dentro y fuera del país.

6) Es vital la concertación general de la sociedad.

¿Es eso todo? ¿No hay más secretos en el pensamiento nuevo que expliquen el “milagro” fulminante de los pueblos exitosos? Si los hay y los indicaremos más adelante.

De lo que se trata es de formar individuos libres: la libertad para perseguir nuestros anhelos con ahínco, la responsabilidad para respetar las normas, la existencia de unas instituciones que permitan un buen balance entre estos dos factores no siempre fácilmente armonizables.


NUESTRA SOCIEDAD NO ES LIBERAL

No obstante, el final del pensamiento antiguo y el inicio del nuevo en modo alguno significa el triunfo definitivo de las ideas liberales en el mundo iberoamericano.

Pedirle a los españoles el voto para el liberalismo - para la libertad, para la responsabilidad, para la confianza en las propias fuerzas y en la buena voluntad del otro -, solicitarles el sufragio para restarle protagonismo al Estado y devolvérselo a la sociedad civil, es pedirle al olmo que de peras.


ESTADO DE DERECHO

En ciertos pueblos del norte de Europa surgió la noción del servidor público. De pronto, el pueblo sintió que mandaba y que al gobierno le tocaba obedecer. Gobernar entonces se convirtió en administrar lo más sabiamente posible, y siempre con arreglo a leyes, los fondos asignados por los ciudadanos mediante el pago de sus impuestos.

En España, y por extensión en Latinoamérica nunca sucedió esta grandiosa metamorfosis. Para muchos latinoamericanos y españoles la función del gobierno no era y tal vez no es el obedecer sino mandar. Así, el estado podía ser una indómita burocracia, casi siempre inútil, a veces cruel, terriblemente onerosa, pero lo sensato, dado su peso y poder no era oponérsele sino sumársele.

Como el iberoamericano no se identifica con el Estado, como no es “su” Estado, le da exactamente igual que los “otros” no paguen impuestos, destrocen los lugares públicos, incumplan las leyes, evadan el servicio militar. Y así, naturalmente, es casi imposible soñar con tener algún día un país gobernado con arreglo a los principios liberales.


LAS PERCEPCIONES ENGAÑOSAS

Si preguntamos al azar ¿que es más conveniente, que las transacciones económicas que realiza la sociedad sean de origen espontáneo o que sean resultado de actividades cuidadosamente planificadas? la respuesta mayoritaria apuntará a la supuesta superioridad de la cuidadosa planificación de los expertos. Si se pregunta sobre controles de precios y salarios, la respuesta será mas o menos la misma. ¿Cómo el mercado va a favorecer a los pobres? Sólo la mano justiciera de los políticos dotados de buen corazón puede lograr que los bienes y servicios tengan y mantengan un “precio justo”.

No obstante, nosotros sabemos vía experimentación que el mercado es mucho más eficiente que la planificación tanto para crear riqueza como para asignarla a los más débiles y que los controles de precios y salarios conducen al empobrecimiento de los pueblos, al desabastecimiento, la inflación.

Mientras el socialismo deduce sus conclusiones, el capitalismo recurre a ejemplos concretos.

Los socialistas siempre hablan de derechos conculcados, no de obligaciones esquivadas y apelan al práctico esquema de las víctimas y los victimarios.

Al realista mensaje de “sangre sudor y lágrimas” de Churchill ante la amenaza nazi, podemos leer en las calles de Lima “No queremos realidades, queremos promesas”.

Inevitablemente tenemos que hacernos una ingrata pregunta: ¿qué podemos hacer los liberales ante esta realidad? y, la respuesta es bastante obvia: la tarea mas importante que los liberales tenemos por delante es de carácter didáctico: difundir nuestras ideas, explicar una y mil veces lo que nosotros sabemos.

¿PORQUE ES POBRE AMERICA LATINA?

La respuesta que dio Bolívar fue que la culpable era España, se requería por tanto desespañolarizarnos, y no sólo ello, sino desindianisarnos pues la mentalidad de los descendientes de los nativos no aporta al caldo de cultivo del progreso.

La critica a España y el desdén a los indios precipitó a los criollos latinoamericanos a buscar a quienes pasarles la cuenta y se la pasaron a Estados Unidos e Inglaterra.

Luego, el problema dejó de ser España y los indios, paso a ser focalizada en los latifundios, y la injusta repartición de los bienes, ellos eran los causantes de nuestra pobreza y explica en 1911 el Plan Ayala llevado adelante por Emiliano Zapata en México, que propuso que el estado revolucionario tendrá a su cargo la misión de hacer justicia y distribuir la riqueza.

En 1917, en el otro extremo del globo, en Rusia, el zar era sustituido por los bolcheviques. Grosso modo, para los marxistas la pobreza provenía de unas injustas relaciones de propiedad, pero ese flagelo sería eliminado mediante un estado benefactor: “A cada uno - decían los bolcheviques- había que darle de acuerdo a sus necesidades y cada uno debía producir con arreglo a sus capacidades” y así se crearía sobre la tierra el paraíso del proletariado.


Muy pronto la forma marxista encontró adeptos en Latinoamérica, los más extremistas (Mariátegui), otros mas ponderados como Raúl Haya de la Torre.


EL FACTOR RELIGIOSO

De acuerdo con Max Weber, la ética calvinista luterana en la cual el lucro no resultaba estigmatizado constituía el ingrediente del éxito en las sociedades protestantes si se las comparaba con las católicas, sin embargo no parece ser una respuesta convincente, en realidad no hay evidencia concluyente de que las creencias religiosas puedan ser factor determinante: ¿Que otra religión tiene más tabúes, prohibiciones y limitaciones que el judaísmo? y sin embargo ¿que otro pueblo ha demostrado mayor éxito en el manejo económico?.

Desde el punto de vista de los valores religiosos, no hay nada en el islamismo, el sintoismo, el judaísmo o el cristianismo que, per se, potencie o haga imposible el desarrollo económico


LA EXPLICACION MACROECONOMICA: LA CEPAL


Keynes, dispuesto a salvar al capitalismo de las recesiones periódicas, propuso la fórmula de estimular la demanda mediante el incremento del gasto público. Cuando esa formulación llegó a Latinoamérica se mezcló, por una punta, con la tradición revolucionaria y por otra con el nacionalismo y, se llegó a una cosmovisión estatista que contó con una expresión académica propia en las teorías desarrollistas formuladas por la CEPAL, dirigida en sus comienzos por Raúl Prebisch y que se proponía auspiciar la industrialización nacional mediante un período de blindaje arancelario que permita la sustitución de importaciones por producción local.

Es decir, de la revolución mexicana, más Marx, más Mussolini, más Keynes, todo ello mezclado en un mortero sepalito se obtenía el diagnóstico y la receta... ese frágil castillo de naipes duró solo hasta los sesenta.

Frente a esta dolorosa evidencia, surgieron dos respuestas: La teoría de la dependencia de Fernando Caldoso, hoy presidente del Brasil y felizmente de regreso ya de ese disparate, y la segunda y más grave aun la de la revolución liberadora del Che Guevara, Castro, de las teorías de la liberación, las tricontinentales.

En los ochenta esa perspectiva fue pulverizada por la Perestroika primero y luego por la desaparición del Bloque del este, así, se hundieron los delirantes sueños revolucionarios, se liquidaron las supersticiones socialistas.

Era el entierro de todos los axiomas con que se construyó el siglo 20 latinoamericano: el fin del rol del Estado como gran distribuidor de la riqueza, como productor, como inductor de consumo: el fin del amor por la revolución violenta; el fin del odio al extranjero por explotador, y junto con todo esto, el desconsuelo total con el comunismo que alguna vez fue percibido como una remota esperanza cargada de reivindicaciones justicieras.




LUCIANA ALBAN & DARWIN JIJON
JULIO 1.997