Apuntes sobre FILOSOFIA LATINOAMERICANA

Entre 1950 y 1980 se constituyó un proyecto común, un movimiento, discursos, ideas, textos y libros en los cuales se trató la temática de la filosofía latinoamericana, en la búsqueda de rescatar el pensamiento de la región utilizando una metodología propia. Entre los pensadores “ clásicos” de ese movimiento se destacan Bondy, Zea, Roig, y Dussel.

A partir de la década de los noventa, Castro Gomez y Vigñolo iniciarán la crítica a ese movimiento historicista.

Los “ filósofos latinoamericanos” se presentaron como críticos a un proceso de colonización que nos negó historia propia, es una crítica moderna a la modernidad y, para hacerlo, sostuvieron que existe una nación latinoamericana, un pueblo latinoamericano.

Si la posibilidad de hacer filosofía exige previamente la necesidad de un pueblo, la pregunta inmediata que surge en la búsqueda de establecer si existe o debe existir una filosofía latinoamericana es si existe, y si no, si puede existir una nación latinoamericana.

La FL tiene como eje el tema de la identidad, su problema central es que para reconocernos tales, sin embargo de ser críticos del proyecto homogeneizante de Europa Occidental, caen en eticidades sustancialistas, en formas de comportamientos cultural congelados como si fueran entidades homogéneas, casi imitando a los europeo occidentales al concebir un “ nosotros” homogéneo, capaces también de una gran historia, y no de pequeñas historias.

El mérito de estos pensadores sin duda fue el de plantear la necesidad de reflexionar sobre el nosotros.

La Filosofía de la Liberación es una toma de distancia crítica respecto al sujeto moderno porque desenmascara la relación entre el sujeto moderno y el poder colonialista europeo ( Dussel), surge la idea del otro, la alteridad ( Lévinas), y la idea de la exterioridad ( Dussel).

Un esfuerzo teórico significativo de estos filósofos es la búsqueda de salir de los esquemas dualistas: opresor – oprimido, centro – periferia, etc. pues es un modelo que parte de la concepción de la homogeneidad, en el cual el otro pasa a ser el nuevo sujeto absoluto.

Si el centro no es homogéneo, dónde queda la exterioridad latinoamericana y por tanto su identidad?

La FL relocalizó el discurso, como ejemplo podemos citar que ya no se habla o debe hablar de descubrimeitno de América, sino de Encuentro de dos mundos, lo cual nos muestra una nueva perspectiva y un nuevo punto de vista.

El mérito de la FL es haber denunciado el eurocentrismo. La FL usa un lenguaje moderno pero lo hace desde los márgenes, desde loa colonialidad, que es una forma de vivir.

El proyecto teórico pos colonial es hacer visible los mecanismos epistemológicos del discruso colonial, se oponen al afán homogeneizante del discurso moderno y buscan expresar las heterogeneidades.

La Filosofía intercultural parte de la denuncia del eurocentrismo, habla del mito de occidente, pues este es un occidente reducido que no incluya España ni el sur de Italia, ni Rusia, por lo cual es una Europa esteriotipada, sospechosa.

Para estos pensadores debemos desechar la ubicación monocultural de la filosofía europea, y por el contrario el reto del filosofar es lograr una universalidad en base al diálogo, al polílogo entre las culturas.

Toda cultura incluso la más pequeña tiene siempre seos de universalidad, por ello la filosfía debe buscar puentes entre esas culturas, en base a la ubicación de los equivalentes homeomórficos, pues, si existe accesibilidad entre las culturas será factible establecer diálogos o polílogos, caso contrario ningún proyecto de diálogo es posible. Por supuesto el reconocer de la heterogeneidades culturales no puede llevarnos a la indiferencia étnica.

Los filósofos interculturales buscan estructuras conceptuales transculturales. Cada cultura tiene su logos, su mito fundante, el diálogo es posible entre racionalidades culturalmente determinadas. Se trata de ubicar la heterogeneidades, puesto que nada existe “ en bloque” no hay una sola “ Europa “ ni solo “ modernos”.

En el historicismo todo es devenir, rechazan lo ontológico.

Lo importante es la relocalización del discurso.

Las culturas no son entidades sino procesos constantes de intercambio, de mestizaje, etc.

Lo importante es hacer filosofía sin más, sin buscar lo latinoamericano o lo europeo, sino concretarse a pensar, a filosofar.

Bondy

Inicia un “malestar de la cultura”, Salazar Bondy no es un optimista como lo fue Vasconcelos, trata sobre el defecto de la cultura: la dominación, la dependencia y el subdesarrollo, al que lo visualiza como un defecto social.

NO hay que pensar con cabeza propia, con creatividad,

El proyecto historicista , el de la construcción de la gran nación latinoamericana, no logró su objetivo y perdió la robustez que lo caracterizó en la década de los sesenta y setenta. El historicismo latinoamericano fue una réplica del historicismo hegeliano.

Salazar Bondy no es pesimista, hace un diagnóstico negativo, pero cree en la posibilidad de superarlo.

Gaus, Zea y Ardao sostienen la necesidad de un pensamiento sobre Latinoamérica, ¿ Eso es correcto? O simplemente debemos dedicarnos a pensar. Pues no podemos sostener que los hombres pensemos en forma diferente, nosotros también podemos desarrollar teoría, técnica ( No) .

Bondy califica con dureza el pensamiento hispanoamericano al cual lo juzga no original, enajenado, subdesarrollado, con complejo de inferioridad.

Se debe tener mucho cuidado en negar al otro cuando este nos constituye.

El ser es universal y eterno, lo de latinoamericano es simplemente histórico.

Lo conceptual y lo simbólico con conceptos antropológicos; somos iguales como seres cuya característica es la heterogeneidad. Por principio no nos debemos quitar ninguna posibilidad. Tenemos una angustia frente al problema de la originalidad, la cual, está seguramente vinculada al complejo de inferioridad, pues, nadie ha podido dejar de tomar da otros y hacer sólo lo nuestro.

Los historicistas suponen la unidad de Latinoamérica, la existencia de una misma historia y proponen nuevos esquemas dualistas: el uno – el otro, rico pobre, colonizado – colonizado, lo cual es evidentemente una simplificación.


Leopoldo Zea

Los modernos se consideraron a sí mismos como “ el fin de la historia” se inventaron un pasado ( los griegos) y nos dieron LA historia universal.

El Occidente y la modernidad se crearon a partir del siglo XVIII. Hay europeos no occidentales.

¿Qué es la modernidad? : en política las instituciones liberales democráticas, y en ciencia y tecnología la industria y el confort material.

Leopoldo Zea ayuda a relativizar los términos occidente y occidental, a ver la heterogeneidad de Europa.


Roig

Para que haya un nosotros se requiere ponernos a nosotros mismos como valiosos ( a priori antropológico) , encontrar la unidad en la diversidad, estar atentos a ubicar quién habla por nosotros. La historia trágica latinoamericana ha sido un proceso constante de humanización. Debemos rescatar la cotidianidad. Horizontes de comprensión. Los nombres de América siguen un proceso de humanización.

No se debe permitir que el legado determine el sujeto, pues se lo ontologiza. La sujetividad tiene que arreglar cuentas con el legado. El tradicionalismo, el costumbrismo, el telurismo, son ismos negativos, ontologizaciones.

Debemos autoafirmarnos, autovalorarnos, como humanos, como entes diversos.

Para Roig existe un sujeto latinoamericano, está reconocido de hecho y señala como sus rasgos identitarios la lengua de comunicación, el origen cultural común, incluso la existencia de una periodicidad válida para los distintos países en los cuales es fa´cil observar una secuencia igualitaria propia de los fenómenos, lo cual evidencia una unidad.

Este reconociemtino se da incluso por los gentilicios, por como nos llamamos a nosotros mismos, pues el poner nombre a las cosas implica señalarlas, asumirlas como existente y nosotros nos llamamos a nosotros mismos como latinoamericanos.

El creador del término latinoamericano, fue el chileno Francisco Bilbao en el siglo XIX, quien lo propuso como una forma de enfrentamiento a la América sajona, representada por Estados Unidos, que se había tomado la mitad de México por la fuerza.

Francia, enfrentada a Rusia se declaró la capital del mudno latino y en ese entrono usa el término latinoamericano en forma posterior y en otro sentido que Bilbao.

Miguel Rojas escribió sobre los cien nombres de América.

José Martí habla de “ nuestra América”.

Para Arturo Roig todos estos términos: América, Latinoamérica, Hispanoamérica, iberoamérica, etc son legítimos, pues cada uno señala una especificidad cultural, un “ matiz” identitario.

¿ Qué es lo identitario? La identidad, el proceso de identificación, es un constructo, algo que hacemos, que construimos que se desplaza en el tiempo. No es una esencia como lo conciben los conservadores, sino un fenómeno histórico que se construye sobre rasgos identitarios diversos y unos, por ausencia y presencia, la identidad es un fenómeno histórico y también cultural.

Sin duda existen peligros en el proceso de identificación como por ejemplo el concebir que esta es esencial lo que lleva a los fundamentalismos, otro peligro es el olvido de la pluralidad y la diversidad que borran las diferencias y un tercer peligro es el negar la característica dialéctica de la identidad.

¿ Se puede hablar de filosofía latinoamericana?... El sujeto latinoamericano puede hacer Su filosofía?

Somos en la medida en que nos objetivamos, el acto creador se hace afuera, en al objetividad, por tanto, la pregunta es si ¿ nos objetivamos todos de la misma manera?, para Roig la respuestas es que sí, por grupos humanos. Hay modos de objetivación, generales, específicos, sociales, de género, de clase, nacionales, de épocas históricas.

La FL es aquella que estudia justamente los modos de objetivación del hombre latinoamericano, los modos en que esa cultura ha sido hecha.

El sujeto, rescatado como sujeto histórico se construye permanentemente en su identidad y para ello una de sus vías es el lenguaje, el discurso.

Cuidado con el riesgo de por hacer filosofía latinoamericana se haga folklore.

La buena filosofía es un patrimonio de la humanidad, por lo cual no se puede prescindir ni de la filosofía académica ni de aquella de los mitos, y hay que mantener una apertura absoluta.

La subjetividad es la capacidad de ser sujeto. El ahondamiento en la situación de periferia, de pobreza, están llevando a la pérdida de subjetividad del hombre latinoamericano.

La filosofía es una praxis teórica.

No hay ni puede haber “ naturaleza humana latinoamericana “ ni experiencias ontológicas diferenciadoras. ( NO) … No hay el “ hombre europeo” ni el “ hombre latinoamericano” que son términos vagos, imprecisos, igual que ocurre con raza latina, mentalidad latina, lo cual resulta muy complicado pues al congelar un término se niega la historicidad, la heterogeneidad que es evidente desde lo empírico.

El historicismo parece tener dos caras: una crítica que relativiza, que ve lo heterogéneo, lo plural, lo evanescente, y otra que tiende a ontologizar la historia la ver al “ Hombre”, al “ Testigo histórico”, “ el Pueblo”, la “ Nación Latinoamericana”.

El gran reto es deconstruir “ El “ logos, porque hay muchos logos.

Hay que estar atentos a evitar hipostaciar al hombre latinoamericano.

Roig ve la filosofía latinoamericana como el medio para el proceso de humanización, afirma que comenzamos a filosofar desde nuestro encuentro con Europa, lo cual nos vuelve eternamente coloniales, deberíamos buscar en lo pre hispánico.

Hay pluralidad de nosotros en constante intercambio y relaciones.

La verdad no se encuentra en la totalidad sino en la particularidad.

Los poscolonialistas jamás se interrogaron por el estatus epistemológico de su propio discurso.

Para Spivak no existe relación de exterioridad, se reprodujeron la gramática hegemónica, por lo cual no logran trascender los discursos homogeneizantes.

El saber está codificado en un tejido de signos que regulan el sentido, la creación de objetos, y sujetos de conocimiento, así,” marginalidad”, “ exterioridad”, “ alteridad”, “ civilización - barbarie”, “ opresores – oprimidos” reforzaron el sistema.

Homi Bhabha, critica los mecanismos institucionales de la producción de otro.

Edward Said estudia las formas textuales que usa Europa para producir y codificar el saber. Su proyecto es deconstruir las epistemologías y lograr que los subalternos articulen sus propias representaciones.

Mignolo propone la necesidad de investigar las sensibilidades locales y deslegitimar los paradigamas universalizantes, definidos por la modernidad.

Berverly señala que es el aparato universitario el que ofrece empaquetada la ideología hegemónica. Se produce discursivamente el subalterno, se representan sus intereses, se le asigne un lugar y el sendero correcto para encaminar sus reivindicaciones. Busca romper la visión slavítica de los intelectuales y avanzar a formas pos humanistas de teorización. La universidad es la que forma los cuadros dirigentes de la hegemonía social. Hay que deconstruir al discurso humanista, encontrando prácticas extra académicas, no letradas, capaces de representarse a sí mismas, en una verdadera terapia liberadora que nos conscientice sobre la violencia epistémica y nos permita ir hacia la micro política de la cotidianidad.

Mignolo busca deslegitimar epistemológicamente el discurso hegemónico sobre y desde América.

Roig cree que los poscolonialistas no son críticos sino conformistas.

El aporte de la filosofía de latinoamericana, es la relocalización del discurso, el pensar desde América, cambiaron el locus. Los poscoloniales escucharon a los subalternos.

La alteridad, el otro, se justifica con identidades evanecentes y mestizajes globales?

Para Castro Gómez sentirse otro ontológicamente es reproducir y perpetuar el colonialismo.

Lo ibero americano es un concepto geopolítico.

El problema de la doble conciencia: somos una cosa queriendo ser otra.

Lo pos moderno surge en los países coloniales y la poscolonialidad en países subalternos.

¿ Porqué no se ha tomado a África como occidente? Lo de occidental es un imaginario de poder.

Roig

Se hacen pasar por blancos. Españoles como sustantivo y americano como adjetivo. En el siglo XIX existieron proyectos para blanquear la población.

Quijano

Para Gloria Bonder las identidades son permanentemente parciales y obligatorias, es un espejismo.

Muf: identidades nómades.

El feminismo aporta la recuperación de la cotidianidad.

Gloria Bonder hacer énfasis en el problema de la identidad, de las identidades. El tema de la identidad es común al feminismo y a los poscoloniales, habla de identidades nómadas que tiene vinculación con lo antropológico en el sentido de humanidad. Las identidades van de un lado a otro, no las congelemos, somos sujetos nomádicos. Existen fronteras porosas en relación a la alteridad, entre identidades. Ocurre igual en lo relativo al género, no hay que renunciar a deconstruir la noción de identidad.

Chandra Tapadle defiende empíricamente la heterogeniedad, cuestiona la homogenización por violenta y por ser el resultado de la imposición del poder colonial, rescata las pequeñas historias. Cuando hablan de mujer ignoran las diferencias de etnias, edades, son similaridades simplificadas.

El discurso feminista ontologizó su discurso liberador y cayó en el error de la simple inversión